diciembre 14, 2010

Baba de cactus contra vinchucas

Santiago del Estero: En Añatuya “empaquetan” los ranchos para combatir el mal de Chagas


13 de diciembre de 2010 – Fuente: El Liberal (Argentina)


Desde hace décadas, el interior del departamento Taboada es escenario de una guerra sin cuartel entre el hombre y las vinchucas que transmiten el mal de Chagas, y el campo de batalla es cada rincón de los típicos ranchos del monte santiagueño.


Sin embargo, en los últimos años hubo un retroceso importante del insecto en cinco localidades cercanas a Añatuya, donde la Fundación Mundo Sano puso en práctica una experiencia inédita que consiste básicamente en “empaquetar” con silo bolsa el techo de adobe y revocar con una mezcla de tierra y baba de tuna (1) todas las paredes. Así de sencillo, ingenioso y económico, pero muy efectivo.


Financiada por empresas nacionales e internacionales –en su mayoría laboratorios – Mundo Sano trabaja en la zona de Añatuya desde hace contra el mal de Chagas, uno de los peores flagelos que históricamente castigó la salud de la población rural de esta provincia.



La Fundación Mundo Sano consiguió, en pocos años, erradicar las vinchucas de ranchos que estaban plagados del insecto que transmite el mal de Chagas. La inversión es mínima y los resultados asombrosos.


El trabajo se ganó el reconocimiento el reconocimiento de las autoridades del Programa Provincial que dirige el Dr. Ledesma Patiño, con quien articulan periódicamente las acciones, y los resultados de este trabajo conjunto son más que alentadores.


Miel de Palo, El Desvío, Miel de Palo, El Desvío, Fisco, La Salamanca y Pozo Herrera son parajes de los alrededores de Añatuya donde los ranchos “empaquetados” con silo bolsa ya dejaron de ser una novedad y donde los indicadores sobre la presencia de vinchucas han descendido drásticamente, según afirmó Graciela Cejas, responsable de Mundo Sano en Santiago del Estero.


En cinco años, con un promedio de gastos de $2.000 por vivienda (unos 500 dólares), la fundación realizó tareas de mejoramiento habitacional y la construcción de aljibes y baños tipo letrina para 165 familias.


“A través de un plan denominado Proyecto Federal se hizo el mejoramiento de viviendas. En realidad lo que hacemos es tratar de mejorar la calidad de vida de la gente, no vamos a llevarles cosas que luego no puedan mantener, pero les enseñamos cómo trabajar en comunidad, cómo pueden ellos mismos mejorar su vivienda con su propia materia prima. Lo único que les damos es el material para hacer el aljibe familiar de 1.800 litros, que son hechos bajo tierra porque la gente lo quiere hacer para tener agua fresca. Allí se deposita el agua de lluvia y la que les llevan en camiones cisternas. Nosotros los ayudamos con arena, ladrillo, ripio, hierro y cemento”, explicó Cejas.


Mirando hacia atrás, en un repaso por los últimos cinco años de trabajo, todo parece sencillo, pero en realidad la trabajadora social reconoce el principio fue por demás complicado. “Convencer a los pobladores de que podían conservar sus ranchos haciéndoles algunos cambios fue lo más difícil. Pero cuando empezaron a ver los frutos en los primeros que se animaron a probar, las otras familias nos pedían los materiales para trabajar”, recordó.



De todas formas, convertir el típico rancho de palos, cañas y barro en una vivienda antivinchucas no es tarea sencilla. “Ellos – sus dueños – primero tienen que mejorar el adobe de su techo: limpiándolo, emparejándolo, cambiando las cabeceras de las puntas y cubrirlo nuevamente con tierra y nivelarlo. Tienen que dejarlo liso, sin desniveles, para darle más durabilidad al silo bolsa para que pueda soportar el granizo. Una cubierta bien hecha puede durar hasta diez años”, dijo.



“Colocamos el nailon, alrededor van unas varas y se le pone una suerte de polleras de silo bolsa para evitar que el agua de lluvia se filtre. El sobrante va enroscado en otras maderas que van bien clavadas para que no se des-prenda. Una vez terminado, la gente lo utiliza para juntar agua de lluvia, por eso prefiere no cubrirlo con otra capa de tierra, como se lo recomendamos nosotros”, precisó.


(1) La baba de tuna es un estupendo impermeabilizante natural y se usa para sellar el adobe. Para obtenerlo, en un tambor con 50 litros de agua se dejan remojar por 3 días 4 palas de tuna (Opuntia ficus-indica). El líquido resultante es muy pegajoso y se aplica con escobillón sobre los muros exteriores. Se recomienda aplicar una vez al año

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