El Cambio Climático en Argentina
La Patagonia y Cuyo
Ing. José Armando Boninsegna
Investigador Principal
IANIGLA - CONICET
pbonin@lab.cricyt.edu.ar
En las regiones Patagonia y Cuyo, se ha determinado que hubo una marcada tendencia positiva de temperatura, tanto en el piedemonte como en la las zonas de montaña.
Dicha tendencia fue mayor en la época invernal en comparación al período estival, lo que puede estar relacionado con el retroceso de los glaciares que se observa desde el Siglo XIX, con una pérdida importante de las reservas de agua. Si bien la influencia futura en los caudales de los ríos, no se conoce con certeza, es claro que ello afectará la regulación de los caudales, lo que en un contexto de
alta variabilidad interanual de las precipitaciones como el que se observa en la Cordillera de los Andes, podría llegar a resultar alarmante.
Impacto del Cambio Climático en los oasis del Centro-Oeste Argentino
En Argentina, los oasis del Oeste, en especial de la región de Cuyo y Norte de la Patagonia, son particularmente vulnerables al cambio climático por su dependencia de la disponibilidad de agua para riego y por la intensidad y concentración de sus actividades agrícolas.
Allí, el agua para regadío, para hidroelectricidad y para consumo humano se origina en la nieve y cuerpos de hielo de la Cordillera de los Andes. El ciclo hidrológico en los Andes Centrales depende de la cantidad de nieve caída en la cuenca, y de la temperatura. La fusión de la nieve produce mayores caudales en los meses de primavera y verano que disminuyen a un mínimo durante el invierno.
Evaluar el impacto del cambio climático global sobre los recursos naturales es uno de los desafíos científicos más apremiantes que enfrentamos. El aumento de los gases de efecto invernadero en
la atmósfera está forzando el sistema climático más allá de sus rangos naturales de variabilidad, lo que induce modificaciones en los regímenes térmicos e hídricos. Esto impacta en el manejo de los recursos tradicionales de las economías regionales.
En 2006, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, solicitó al Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) un informe acerca del
impacto del cambio climático en el régimen hídrico de los ríos cordilleranos. Ese estudio se basó en dos escenarios usados por el PICC y en el reescalado de modelos de circulación atmosférica
(Hadley Center, Inglaterra) realizados por el CIMA.
Las predicciones para la década 2021-2030 indican un aumento de la temperatura en toda la región del orden de 1.25 a 1.5°C, con disminución de la precipitación de nieve en la Cordillera de los
Andes cercana a 100 mm de agua equivalente. También se predice un aumento de las precipitaciones en la región del piedemonte.
El análisis probabilístico del impacto sobre los caudales y el cambio del régimen hídrico para dicha década indica una disminución media del 13% del caudal de los ríos de las provincias de Mendoza y San Juan. Indica además una alteración del hidrograma con un desplazamiento de los picos de caudales hacia Noviembre y Diciembre y una fuerte disminución durante el verano tal como se observa en el gráfico 8.
Se observa el hidrograma actual en la estación Punta de Vacas y el proyectado para la década del 2021/30, con un aumento de la temperatura media de 1.5°C y una carga de nieve estimada según modelo de 505 mm equivalente = agua (100 mm menos que el promedio actual).
Los resultados indican la necesidad de mejorar la eficiencia del uso del agua para disminuir la vulnerabilidad resultante de la reducción de la oferta hídrica y de la alteración del hidrograma.
El cambio clim ático tam bién afectar á los cultivos intensivos de los oasis de la regi ón de Cuyo.
Para explorar la intensidad del impacto se deben analizar las variables climáticas y su evolución temporal a partir de modelos globales de circulación atmosférica reescalados a la zona de cultivo. Estudios previos para otras regiones del mundo indican la importancia de caracterizar no sólo los cambios en los estados medios del clima sino también la ocurrencia de extremos.
En los últimos años varios productos cuyanos han incrementado su volumen de exportación debido al mejoramiento de la economía y fundamentalmente por el aumento en la calidad de los productos.
Dos variables ambientales, precipitación y temperatura, controlan en gran medida la posibilidad, cantidad y calidad de las cosechas, afectando a las distintas especies y variedades de acuerdo a su repuesta fisiológica a estas variables climáticas.
El incremento de la temperatura afectará entre otros procesos la respiración, la fotosíntesis, y la formación de sustancias directamente relacionadas con la calidad del producto.
En cultivos bajo riego, la disponibilidad de agua es esencial para la producción, un aumento en la eficiencia del riego podría mantener la provisión de agua, aún en condiciones de disminución de la oferta hídrica. Sin embargo, el aumento de precipitaciones primaverales podría incrementar la incidencia de enfermedades criptogámicas.
En cultivos como la vid, es importante no sólo la cantidad de agua, sino también la oportunidad o régimen de entrega. La posibilidad de aumento de precipitaciones en el verano y de tormentas convectivas con mayor incidencia de granizo es un escenario probable que debe tenerse en cuenta.
Debe señalarse que la formación de nuevas variedades y/o adaptación de las existentes a nuevas prácticas de cultivo son procesos que requieren varios años antes de poder ser aplicados en gran escala.
La simulación de las condiciones futuras y la experimentación para estudiar los cambios en la calidad y rendimiento de los cultivos aparecen como etapas lógicas e imprescindibles dentro de los procesos de adaptación al cambio y reducción de vulnerabilidad.
Debido a que las precipitaciones en el piedemonte andino se caracterizan por ser escasas y prácticamente no influyen en los caudales medios de los ríos que dan lugar a los oasis de riego, la economía cuyana y su viabilidad dependen ampliamente del agua que se origina en las nieves y glaciares cordilleranos y que luego llega a los ríos de la región. El régimen de precipitación en la Cordillera presenta un máximo nivel en los meses de invierno y un mínimo en los meses de verano, pero su aporte a los ríos se produce principalmente a partir de la primavera a causa del derretimiento de las precipitaciones nivales y, eventualmente, del deshielo de los glaciares.
Para Cuyo, los diferentes escenarios climáticos muestran bastante concordancia entre sí, indicando un descenso de las precipitaciones sobre la zona de la Cordillera de los Andes y Chile para el resto del siglo. Estas tendencias decrecientes se vienen registrando desde comienzos del siglo pasado.
Además, los escenarios indican un calentamiento del orden de 1°C, con el consiguiente aumento de la demanda debida a la mayor evapotranspiración de los cultivos.
Cabe destacar que la mayor demanda de agua para riego se produce en el verano, por un aumento de la evaporación, pero también por el tipo de cultivos (frutales y viñedos) predominantes en la región. El análisis de la tendencia futura de los ríos cuyanos, indicó que el hidrograma anual de estos ríos continuará modificándose con aumento del caudal relativo en invierno y primavera y disminución en el verano y otoño. A su vez, el cambio del hidrograma anual se sumaría a la reducción de los caudales, agravando los efectos potenciales del cambio climático global en los oasis de riego.
Reproducido del documento El Cambio Climático en Argentina, pag. 43, 44 y 45. Marzo de 2009