abril 24, 2010

Libélulas o alguaciles de Godoy Cruz, Mendoza

Las libélulas o alguaciles (Odonatos)

Los adultos miden alrededor de 5 cm.. se caracterizan por tener un vuelo vigoroso, elegante y muy controlado. De cuerpo robusto, tórax inclinado y alas membranosas y ricamente nerviadas, se extienden lateralmente aún en reposo.

Muchas especies poseen vistosos colores.

La cabeza giratoria, con sobresalientes ojos compuestos y poderoso aparato bucal masticador, más su vuelo rápido y sus patas con espinas, las convierten en un gran cazador de insectos, de cuyas partes blandas se alimenta.

La hembra pone los huevos volando sobre la superficie del agua y hundiendo repetidamente el extremo de su cola. . Los huevos permanecen sumergidos, adheridos a las plantas acuáticas.

Su metamorfosis es incompleta. Las ninfas son acuáticas y se las llama náyades. Estas son muy distintas en forma a su padres, son muy voraces y grandes, por lo que consumen grandes cantidades de organismo acuáticos, entre ellos larvas de mosquitos. Su forma de respirar es muy curiosa, ya que llenan su cuerpo de agua y absorben el oxígeno necesario. Carecen de branquias externas pero poseen una cámara respiratoria rectal que no se encuentra en ningún otro grupo de insectos.

Cuando la náyade ha completado su desarrollo trepa por un tallo, sale del agua y deja secar su piel. Esta se abre por el dorso y asoma el insecto adulto

abril 14, 2010

29 de abril dia del animal

La fiesta del animal. Por Osvaldo Pérez*.

“Es común escuchar que el día del animal se celebra cada 29 de abril en conmemoración del fallecimiento de Ignacio Albarracín, presidente durante varias décadas de la Sociedad Protectora de los Animales y seguramente, el mas acérrimo defensor de los derechos de los animales que registra nuestra historia.


Es fácil demostrar que la afirmación es errónea.


Albarracín, nacido en 1850 y abogado de profesión, falleció en 1926 mientras que el dia dl animal comenzó a celebrarse en 1908. La casualidad de que justamente el notable proteccionista y propulsor de efeméride falleciera un 29 de abril, indudablemente contribuyó a la confusión.


La realidad es que en marzo de 1907Albarracín comenzó a realizar gestiones ante el Dr. Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación , y ante el Intendente porteño , Carlos de Alvear, para que se celebrara en Buenos Aires la “Fiesta del Animal” (y no el día del animal, que esos deberían ser todos). Sería, según su idea, como la del “Animal Sunday” “Domingo del Animal” que se celebraba en Londres por todos los pastores de las iglesias que en ese día predicaban sermones para inculcar el sentimiento de conmiseración hacia los animales.


Por otra parte, ya existía en nuestro país una Fiesta del Arbol, por lo que no parecía ilógico extender al reino animal el festejo.


El intendente pasó la solicitud para que la informara Clemente Onelli, director del Jardín Zoológico, pues éste era el sitio que Albarracín proponía para congregar a miles de escolares de la Capital a recibir lecciones de cariño hacia los animales. Onelli estuvo plenamente de acuerdo con la idea pero propuso que no se realizara en primavera, como se hacía en Inglaterra y Estados Unidos, sino en cualquier día de abril o mayo excepto los domingos por la gran concurrencia de público al Zoológico.


“El apacible otoño, sostenía el director del Zoológico , acalla pasiones y sería, por esto, propicio, pues los animales a quienes se trata de ensalzar ante los ojos de los niños como útiles y defender como seres inferiores , dan en primavera antipáticos espectáculos de petulancia y ardientes peleas entre semejantes no pudiéndose para ellos invocar el evangelio “perdónalos “ pues saben demasiado lo que hacen con esas escenas violentas y salvajes”.


Fue así que el intendente dispuso por decreto del 20 de abril de 1907 instaurar la Fiesta del Animal que debía llevarse a cabo en el Jardín Zoológico todos los años en un día desde el 20 al 30 de abril.


Por último digamos que la primera reunión fue programada para el 29 de abril de 1908 pero por la lluvia debió suspenderse y finalmente se realizó el 2 de mayo. La fiesta que comenzó a las 10 de la mañana, contó con la presencia del presidente de la Nación, los ministros de Guerra, de Instrucción Pública y de Agricultura. Concurrieron entre quince y veinte mil escolares y después de los discursos (el de Albarracín fue el más aplaudido) se entonó el himno a Sarmiento y se soltaron quinientas palomas mensajeras”.


* MV Osvaldo Pérez nacido en Bs As en 1956, se recibió de Médico Veterinario en 1980, Licenciado en Historia en 1993. Autor de varios libros y de más 200 artículos sobre historia de la profesión veterinaria. Falleció en 2007.


Publicado en Infovet. Publicación de la Facultad de Ciencias Veterinarias. UBA . Abril de 2003. Año I VIII n° 58. Foto MV O Pérez (Ecvet).


abril 09, 2010

Catch and release, Pescar y devolver?

Opiniones

Un amigo Periodista me envió este artículo que Publicó el Diario Rio Negro, que quiero compartir con Uds.

"Se acerca el fin de la temporada de pesca deportiva 2009/2010. La oportunidad es propicia para reflexionar en torno a la norma que regula dicha actividad recreativa, para aprovechar los meses de receso y, quizás, animarse a reflexionar.

El reglamento que aplican las provincias patagónicas y la Administración de Parques Nacionales en sus respectivas jurisdicciones adolece de un defecto fundamental que lo convierte en lo contrario de lo que debería ser: una guía de disposiciones para ordenar una grata actividad que tiene innumerables seguidores y que debe favorecer una relación amigable con la naturaleza.

Vamos al grano: dicho reglamento establece rigurosos preceptos que en la práctica convierten los salmónidos en especies protegidas. Pero como se trata en realidad de exóticos introducidos, que además son voraces y prolíficos, resulta que esa norma favorece su incidencia negativa sobre los ambientes donde se han instalado, que son la mayoría de nuestros ríos y lagos patagónicos.

Lo que pasa debajo del agua, aunque no se vea con facilidad, es similar a lo que ocurre en tierra con las especies exóticas introducidas, sean ellas animales o vegetales. Si la especie invasora es más fuerte o hábil que las nativas y no tiene depredadores naturales, termina extendiéndose y dominando su entorno.

Eso sucede con las truchas. Los pioneros que trajeron los primeros salmónidos lo hicieron de buena fe e ignorando el efecto que producirían. El resultado fue un retroceso de las especies de peces locales y una incidencia notable sobre la vida silvestre acuática y vecina a los cauces y espejos de agua. Lo grave es que todavía se siga sembrando alevinos pensando que está bien.

Este efecto, digamos ecológico, sería una de las tantas cosas de las que debemos ocuparnos los argentinos para mejorar, si no fuese que se ha convertido, por la acción humana al dictar el reglamento y hacerlo aplicar, en un factor que provoca conductas indeseadas: abuso de autoridad por parte de quienes deben hacerlo cumplir y desobediencia por parte de quienes deben respetar las leyes.

Año a año las normas protectoras de los salmónidos en el reglamento van siendo incrementadas: devolución obligatoria, limitación en el número de ejemplares que se pueden extraer, anzuelos sin rebaba y otras por el estilo. Todas ellas equivocadas y copiadas de reglamentos extranjeros donde las truchas son nativas y deben lógicamente ser protegidas.

Estamos ante un caso curioso de dependencia ideológica y cultural. En algunos estados norteamericanos –no en todos– las truchas son protegidas para evitar que su pesca provoque desequilibrios con las otras especies cuya cadena trófica integran. Aquí deberíamos utilizar el reglamento para ayudar a controlar las especies exóticas e invasoras y no al revés, como ocurre.

En los últimos años se ha instalado con mucha fuerza la "pesca y devolución" (catch and release), al punto de configurar una verdadera imposición, por cierto carente de fundamento científico pero no por ello menos apabullante. La propaganda a favor de devolver los peces es abrumadora, participando en ella la casi totalidad práctica de los programas y publicidades, amén de la prédica de presuntos amantes de la naturaleza que no se han puesto a pensar este tema específicamente con la información necesaria para plantearlo con seriedad.

Se ha llegado al extremo, pues la cosa toma ribetes autoritarios, de denunciar a un famoso chef que nos deleita por televisión con sus exquisitas recetas porque ¡pescó una trucha y la cocinó!

Hay que parar la pelota y, como dijimos al principio, ponerse a pensar. Informarse y plantearse los temas en clave nacional, pensando en lo que realmente necesitamos, y actuar en consecuencia.

Las truchas son una plaga y hay que tratarlas como tal. Además, pescarlas es maravilloso por el desafío y sutileza que implica. Ellas devuelven esa dedicación con un combate que muy pocas otras especies brindan.

Parques Nacionales ha avanzado en la consideración de esta cuestión hasta un punto, pero no pasa de ahí. Ha admitido que son exóticos que dañan el ecosistema y los considera un "recurso económico", pero los sigue protegiendo reglamentariamente. Hay que entender que si lográramos hacer descender la cantidad de truchas que infectan ríos y lagos patagónicos, algo difícil que ocurra pescando sólo con cañas, tendríamos mejores ejemplares, porque el forraje natural en parte se reconstituiría y estarían mejor alimentadas.

Pero, claro, hay que animarse".

(*) Periodista

GUILLERMO ARIZA (*) Abril 8 de 2010.