El origen de Veterinaria
La ciencia celebra los 250 años de su creación como estudio universitario, gracias a Claude Bourgelat, abogado y caballista, que fundó la primera escuela en 1761
Por LOURDES CHAPARRO http://www.eldiadecordoba.es/
La primera escuela veterinaria del mundo se fundó en Francia, en concreto, en la ciudad de Lyon, en 1761. Quien se encargó de ponerla en marcha fue Claude Bourgelat, abogado y caballista ilustre, que consiguió poner en pié la École National Veterinaire, la cual se creó en un convento de las damas de Santa Isabel a las orillas del río Saona. Desde entonces, el número de escuelas y facultades dedicadas a esta ciencia, que este año celebra los 250 años de su creación, ha ido extendiéndose por el todo mundo y en el caso de la Universidad de Córdoba (UCO) se ha convertido en la facultad referente de Andalucía, puesto que es la única de la comunidad.
Quien bien sabe de la historia de la llegada de la Veterinaria a España es el catedrático de la UCO Diego Santiago, quien recuerda que fue la Real Orden de septiembre de 1788, auspiciada por Manuel Godoy, ministro de Carlos IV, la que dispone la creación de dos Escuelas de Veterinaria, una en Madrid y otra en Córdoba. Segismundo Malats e Hipólito Estévez, albéitares de la época, explica Santiago, fueron los encargados de redactar un plan de estudios y de ordenar la puesta en marcha de la Escuela de Madrid, que comienza a funcionar en el año 1793.
En Córdoba, a pesar del explícito reconocimiento de su riqueza ganadera y especialmente equina, la escuela no comienza a funcionar hasta 1847. El primer centro de estudios veterinarios se ubicó en el Convento de la Encarnación Agustina, en la calle de la Arrecogidas -actualmente calle de Encarnación Agustina-. La escuela, según los datos aportados por este catedrático, otorgaba inicialmente títulos de Veterinario de segunda y de albéitar, que eran técnicos o practicantes de la Medicina Veterinaria sin el pleno rango profesional. Santiago destaca que en fue en marzo de 1927 cuando el centro se convirtió en Escuela Superior, hasta que en julio de 1943 se convirtió en Facultad de Veterinaria, adscrita a la Universidad de Sevilla. En sus comienzos, la escuela desempeñó un papel fundamental en el asentamiento de la cultura y el conocimiento científico, académico y profesional en Córdoba. Entre 1847 y 1870 se crean el Instituto de Secundaria Enseñanza, la Escuela de Magisterio y la Escuelas de Bellas Artes San Rafael, y la Escuela Industrial aplicada a las Artes y Oficios.
Entre 1870-1874 funcionó la Universidad Libre de Córdoba. "El papel catalizador de la actividad académica y de la cultura de la Escuela de Veterinaria y su presencia en la sociedad cordobesa fue muy importante", destaca Santiago, quien para ello recuerda las actividades que desarrollaban en el centro, y no sólo de formación sino también tareas de divulgación, sanitaria y de instrucción en temas ganaderos.
El profesor Santiago reconoce su pasión por los estudios veterinarios, que inició en 1958. Los motivos de esta elección fueron múltiples, entre los que se encontraban los de "índole económica y familiar". Eso sí, subraya su afición y vocación por las ciencias de la naturaleza, que en su faceta aplicada "encontraban en los estudios de Veterinaria una ocasión en proximidad, que me permitía adquirir una formación superior en este campo, con posible proyección en una profesión socialmente muy considerada en Córdoba".
A partir de los años 20 del siglo pasado, Santiago destaca "varios hechos mencionables". En primer lugar, comienzan las gestiones para la construcción de un nuevo edificio para la escuela "en una ubicación más acorde con las demandas del progreso científico y profesional". Así, detalla que las gestiones para construir la Escuela de Veterinaria de la avenida Medina Azahara -actual sede del Rectorado de la UCO- comienzan en 1912. La construcción de la entonces escuela se culminó "tras diversas vicisitudes en mayo de 1936". Tras la Guerra Civil española, la escuela empezó a funcionar en noviembre de 1941, hace ahora exactamente 70 años. La escuela permaneció en esta sede hasta que por el paso de los años y las necesidades propias de una titulación de estas características se ubicó en el Campus de Rabanales. Fue un traslado paulatino iniciado en 1995 y, por ejemplo, el primer departamento que se ubicó en el campus fue el de Bromatología y Tecnología de los Alimentos. Por cierto, que este traslado provocó que durante varios años los estudiantes tuvieran parte de su docencia en Rabanales y otra, en su mayoría las prácticas, en el edificio de Medina Azahara, según explica el también catedrático de la UCO Rafael Jordano. Este profesor asegura que el cambio al campus de Rabanales "era una necesidad para la facultad, pues era la única opción si quería mantenerse al mismo nivel que el resto de facultades de Veterinaria de Europa, ya que necesitaba un espacio donde desarrollar un hospital clínico y tener unas instalaciones ganaderas y unos laboratorios de docencia y de investigación acordes con el número de alumnos y profesores".
Jordano también hace referencia a la gran demanda que tienen estos estudios ahora y deja bien claro que se trata de una carrera "muy vocacional". Se trata de unos estudios, incide, que "habilitan para trabajar en muchos campos, algunos muy diferentes entre sí, como es desde un quirófano en una consulta de pequeños animales hasta la industria alimentaria, pasando por las dehesas o las reservas naturales".
El actual decano de la Facultad Veterinaria, Librado Carrasco, es también buen ejemplo del punto vocacional que precisa esta ciencia para estudiarla y ejercerla. En su caso, la vocación nació como resultado de acompañar su padre, que fue veterinario de varios municipios. "Con él descubrí la Veterinaria rural de los años 60 y 70, y me enamoré de su profesión", apunta, y señala que sus recuerdos de entonces "era el de largos días en un pequeño coche cargado de instrumentos y con un inconfundible olor a medicamentos, visitando desde las casas del pueblo hasta los cortijos más alejados, y de lo variopinto de los clientes". "La verdad es que en aquellos años no comprendía como sólo hablando con el dueño y mirando a los animales era capaz de saber lo que les pasaba, de elegir un medicamento o hacer una intervención quirúrgica en la misma explotación", reconoce.
El decano también alude al respeto de la gente hacia la profesión de veterinario, algo que "siempre me impresionó". "Así es como descubrí que el veterinario no sólo estaba para cuidar a los animales y que produjeran más sino, lo más importante, que estaban para velar por la salud de las personas a través de lo que se conoce como seguridad alimentaria".
El concepto que Librado mantiene ahora de su profesión pasados los años y al frente de la facultad no difiere demasiado de la idea que le llevó a estudiar la carrera. "Es una profesión cuyo principal fin es proteger la salud del hombre, de los animales y mejorar la producción ganadera", subraya. Para Librado, "esas responsabilidades son las que han hecho que los estudios de Veterinaria estén legislados a nivel europeo, como los de Medicina, Enfermería o Arquitectura". Los estudiantes, de hecho, realizan prácticas desde en un quirófano hasta en un matadero y tienen que visitar explotaciones, entre otros requisitos básicos. Carrasco destaca que después de tantos años ha podido ejercer de nuevo esa parte de la profesión que le llevó a la facultad, gracias a la colaboración que tiene la UCO con la Brigada Mecanizada Guzmán el Bueno. Durante sus despliegues en el Líbano, bajo la bandera de Naciones Unidas, "nuestras fuerzas armadas no solo están velando por la seguridad de aquella zona de conflicto, sino que están ayudando de una manera muy eficaz al desarrollo de aquella zona", describe. Librado, junto a un equipo de profesores de la UCO, estuvo en la zona para colaborar en las actividades de Cooperación Cívico Militar, donde pudieron ejercer como veterinarios rurales.
Para celebrar los 250 años de Veterinaria, la UCO ha organizado diversos actos, como una serie de conferencias, en los que se ha puesto de manifiesto la importancia y necesidad de esta ciencia que sigue siendo tan necesaria, o más, que el primer día.