Santiago del Estero: En Añatuya “empaquetan” los ranchos para combatir el mal de Chagas
13 de diciembre de 2010 – Fuente: El Liberal (Argentina)
Desde hace décadas, el interior del departamento Taboada es escenario de una guerra sin cuartel entre el hombre y las vinchucas que transmiten el mal de Chagas, y el campo de batalla es cada rincón de los típicos ranchos del monte santiagueño.
Sin embargo, en los últimos años hubo un retroceso importante del insecto en cinco localidades cercanas a Añatuya, donde
Financiada por empresas nacionales e internacionales –en su mayoría laboratorios – Mundo Sano trabaja en la zona de Añatuya desde hace contra el mal de Chagas, uno de los peores flagelos que históricamente castigó la salud de la población rural de esta provincia.
El trabajo se ganó el reconocimiento el reconocimiento de las autoridades del Programa Provincial que dirige el Dr. Ledesma Patiño, con quien articulan periódicamente las acciones, y los resultados de este trabajo conjunto son más que alentadores.
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En cinco años, con un promedio de gastos de $2.000 por vivienda (unos 500 dólares), la fundación realizó tareas de mejoramiento habitacional y la construcción de aljibes y baños tipo letrina para 165 familias.
“A través de un plan denominado Proyecto Federal se hizo el mejoramiento de viviendas. En realidad lo que hacemos es tratar de mejorar la calidad de vida de la gente, no vamos a llevarles cosas que luego no puedan mantener, pero les enseñamos cómo trabajar en comunidad, cómo pueden ellos mismos mejorar su vivienda con su propia materia prima. Lo único que les damos es el material para hacer el aljibe familiar de
Mirando hacia atrás, en un repaso por los últimos cinco años de trabajo, todo parece sencillo, pero en realidad la trabajadora social reconoce el principio fue por demás complicado. “Convencer a los pobladores de que podían conservar sus ranchos haciéndoles algunos cambios fue lo más difícil. Pero cuando empezaron a ver los frutos en los primeros que se animaron a probar, las otras familias nos pedían los materiales para trabajar”, recordó.
De todas formas, convertir el típico rancho de palos, cañas y barro en una vivienda antivinchucas no es tarea sencilla. “Ellos – sus dueños – primero tienen que mejorar el adobe de su techo: limpiándolo, emparejándolo, cambiando las cabeceras de las puntas y cubrirlo nuevamente con tierra y nivelarlo. Tienen que dejarlo liso, sin desniveles, para darle más durabilidad al silo bolsa para que pueda soportar el granizo. Una cubierta bien hecha puede durar hasta diez años”, dijo.
“Colocamos el nailon, alrededor van unas varas y se le pone una suerte de polleras de silo bolsa para evitar que el agua de lluvia se filtre. El sobrante va enroscado en otras maderas que van bien clavadas para que no se des-prenda. Una vez terminado, la gente lo utiliza para juntar agua de lluvia, por eso prefiere no cubrirlo con otra capa de tierra, como se lo recomendamos nosotros”, precisó.
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