El verdadero valor de los zoológicos
La eutanasia de la jirafa Marius en el Zoológico de Copenaghue y la noticia de que otro ejemplar podría correr la misma suerte en el Jyllands Park Zoo han abierto un fuerte debate sobre el rol y relevancia de los parques zoológicos en nuestra sociedad.
Acciones como esta no son tomadas a la ligera, ni de forma aislada: las jirafas reticuladas del Zoológico de Copenhague son parte de un programa internacional de crianza en cautiverio, coordinado por la Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios (EAZA). Decisiones relevantes a su manejo se toman en consulta con un comité y coordinador especialista, y van mucho más allá de los intereses individuales de un solo zoológico. Sin embargo, este incidente incitó una fuerte reacción del público, y la posterior necropsia pública, así como el uso de partes del animal para alimentar a leones en el mismo zoológico, han provocado preguntas respecto a la validez de los zoológicos.
Durante las últimas décadas, los zoológicos han luchado para asegurar su relevancia ante las actitudes cambiantes hacia el bienestar animal. Por esta razón, además de apuntar a los mejores estándares del manejo, bienestar, nutrición y salud, los zoológicos modernos dirigen su trabajo a la conservación, educación e investigación científica.
Estos esfuerzos son respaldados por organizaciones internacionales, como la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios y la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios. El Zoológico Nacional de Chile se posiciona dentro de esta definición del zoológico moderno, cumpliendo con los estándares de esas asociaciones, y enfocando sus esfuerzos hacia la conservación, educación e investigación, junto con el esfuerzo constante para entregar la atención necesaria a sus residentes.
Esta labor incluye un firme compromiso con la fauna nativa, con proyectos de investigación en terreno dirigidas hacia el flamenco chileno y el pingüino de Humboldt, además de su crianza dentro del recinto. El Zoológico mantiene, también, un centro de reproducción de anfibios nativos, albergando cuatro especies de alto valor para la conservación, incluyendo dos que están en peligro crítico, y la emblemática ranita de Darwin.
A esto se suma el apoyo a la rehabilitación de fauna silvestre. Durante 2013 se recibieron más de 400 animales heridos, disparados, o víctimas de contaminación, entregados por el Servicio Agrícola y Ganadero. El Zoológico Nacional participa, también, en la rehabilitación de animales decomisados, incluyendo, en 2012, 103 crías de loros choroy, destinados para la venta ilegal, y los cóndores que sufrieron intoxicación cerca de Los Andes en agosto pasado. En ambos casos, los animales fueron exitosamente liberados.
Lamentablemente no todos los animales que llegan se pueden liberar. Tal es el caso de tres leonas decomisadas de un circo, y recibidas en muy malas condiciones de salud. Luego de una larga recuperación, estas se encuentran bajo custodia y en exhibición pública en el Zoológico Nacional.
En 2013, 800.000 personas visitaron el Zoológico, de las cuales 125.000 entraron bajo el sistema de gratuidades para grupos con un alto índice de vulnerabilidad social. Más de 8.000 asistieron a actividades educativas, indicando que un gran número de chilenos han presenciado de cerca a animales exóticos y nativos, en algunos casos hasta sintiendo la textura de su piel, beneficiando de un aprendizaje y concientización sobre la fauna silvestre.
El valor pedagógico del Zoológico se extiende a la formación de profesionales por medio de prácticas, pasantías y estudiantes de carreras veterinarias. En él, ellos ganan aprendizaje y experiencia en el tratamiento de fauna silvestre que no recibirían de otra forma. Muchos terminan especializándose en áreas relacionadas a la fauna silvestre y la conservación.
La expansión e industrialización humana están causando una crisis ambiental que afectará el futuro de todos. Las decisiones y acciones que tomamos hoy definirán su resultado. La comunidad global de parques zoológicos se dispone a hacer lo que puede: ser un santuario para especies en peligro, prestar asistencia técnica y financiamiento a proyectos de conservación, actuar como un centro de formación para los conservacionistas del futuro, rescatar y rehabilitar a la fauna silvestre, e inspirar los cambios necesarios dentro de nuestra sociedad.
La eutanasia de una jirafa fue un acto controversial. Sin embargo, en vez de exigir la clausura de todos los zoológicos en base a un caso aislado, es más constructivo reconocer las contribuciones que los zoológicos son capaces de entregar, y enfocarnos en fortalecer y construir sobre esta base. En las primeras décadas del siglo XXI, no existe el argumento para declarar que las palabras "conservación, educación e investigación" no tienen relevancia. Al contrario: ganan mayor significación cada día que pasa.
Alejandra Montalva
Directora del Zoológico Nacional Chile Sábado 1 de marzo de 2014
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