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¿Las
playas son eternas o las estamos perdiendo?
En noviembre de 2018, investigadores del Instituto
de Investigaciones Marinas y Costeras y de la Universidad de Mar del Plata alertaban sobre la impresión que
tenemos la mayoría de los visitantes, permanentes u ocasionales que disfrutamos
“de la inmensidad del mar, del viento sureño helado y de la vista que ofrece la
costa de la ciudad de Mar del Plata, desde la escollera norte hasta Santa Clara”.
Decían en ese entonces: “Pareciera que uno se
acostumbra a la belleza arquitectónica y natural que nos ofrece esta ciudad. Y
creería que las playas siempre estarán allí para recibirnos: verano, invierno,
otoño y primavera y que así será a lo largo de los años. Pero, según los datos
observados por un grupo de investigadores de la ciudad de Mar del Plata, se
pierde un metro de médano por año en la zona norte de General Pueyrredón y sur
de Mar Chiquita”.
Estudiaron “los perfiles de seis playas del litoral
que demuestran la pérdida y desbalances en la erosión costera de la zona, causadas
por las sudestadas pero también por el drenaje de excesos hídricos y las
alteraciones estacionales provocadas por los concesionarios de los balnearios
locales”.
“Las costas del mundo están sufriendo problemas de
erosión, derivados de causas naturales pero agravadas por efectos inducidos por
el hombre. Incluso con la intención de protegerlas se han tomado malas
decisiones que han dañado más aún el ecosistema natural y favorecido su
degradación”, afirma Federico Isla, investigador superior del CONICET.
“Originariamente, las playas de Mar Chiquita y Mar
de Cobo eran abiertas. Las obras de defensa como espigones y escolleras
construidos en los últimos años han originado las denominadas “playas de
bolsillo”- por su particularidad de estar entre cabos rocosos o espigones.
“Las variaciones costeras en este tipo de geografías
son producto, en gran parte, del avance de las construcciones de las ciudades
sobre estas áreas y del desarrollo y consecuente explotación de las actividades
económicas, ya sean industriales, portuarias o turísticas. “A medida que el
hombre avanza con sus acciones, los cambios en el medio natural se van
produciendo y se ve limitada la capacidad de respuesta del mismo generándose
así un desequilibrio”, explica Isla.
“Algunas de las acciones que provocan estos procesos
erosivos son la urbanización y la excesiva fijación de médanos frontales, la
extracción de arena y la construcción de defensas costeras. La naturaleza
también hace lo suyo: las tormentas sudestadas son uno de los principales factores
naturales de erosión”.
Decían los investigadores “Uno de los datos más
llamativos es la pérdida de arena generalizada en casi todas las playas, en
mayores o menores volúmenes, según los balances sedimentarios realizados. Por
otro lado, la infraestructura de los balnearios en las playas turísticas genera
modificaciones morfológicas en la zona, principalmente por el acarreo mecánico
de la arena desde los médanos hasta la playa frontal”.
Cada tipo de costa requiere estrategias particulares
de defensa. “En el caso de Mar del Plata, las primeras defensas costeras se
realizaron sin considerar los impactos que su construcción podría generar en el
sistema litoral”. “El impacto más obvio de los espigones es que aumentan la
densidad de las corrientes rips -una fuerte corriente superficial (o casi
superficial) de agua, que retrocede desde la costa hacia el mar generado por el
rompimiento irregular de las olas a lo largo de la cresta, llegando bruscamente
a la playa con un índice elevado de energía-y por lo tanto el transporte de
arena hacia el mar. Tanto en Mar Chiquita como en Santa Clara del Mar esto se
evidencia con el incremento de la erosión”.
En Necochea, en los últimos años se han efectuado
realizado importantes obras para proteger el importante puerto de Quequén.
Seguramente esas obras habrán hecho estudio de impacto ambiental. De esa manera
también la población sabría que esperar y las autoridades habrán tenido tiempo y
recursos para prevenir o minimizar las consecuencias de las estrategias de defensa del puesto y de
sus usuarios.
Uno de los efectos que se han evidenciado con la
prolongación de la escollera oeste, es además de la alteración de algunas
playas de Quequén y Lobería, ha sido la llegada, instalación y proliferación de
una colonia de lobos marinos de dos pelos (Arctocephalus australis), en forma
sostenida, y que ha producido una disminución, en las zonas aledañas, de la
riqueza ictícola.
Los lobos de dos pelos pesan unos 60 kg las hembras
y los machos cerca de 170 kg, se alimentan principalmente caballas, sardinas,
anchoítas, pescadillas, corvinas, langostas, langostinos, camarones y calamares.
Bucea en profundidades menores a los 50 metros, permaneciendo sumergido 2 o 3
minutos Se estima una población mundial de unos 250.000 – 300.000 ejemplares y
se los considera en su estado de conservación como de preocupación menor.
En la primera temporada en Pandemia de Covid, los
usuarios de las playas de Necochea, nos encontramos con la novedad de que los
tradicionales accesos a éstas, estaban arancelados, por razones “sanitarias”.
Había que trasladarse bien lejos para disfrutar playas de acceso gratuito. Esta
medida, ante el airado reclamo popular, duró poco, pero lo suficiente como para
dejar a la vista, que hay varias construcciones sobre espacios, aparentemente
públicos, que podrían producir cambios en las zonas costeras y tener impactos
serios en el futuro.
Luego de una prolongada sequía, copiosas lluvias
afectaron la primera quincena de enero, y la ciudad vio alterada su habitual
tranquilidad y se vivieron algunos momentos de zozobra. Hay que destacar que
las obras de entoscado (1), que se realizaron con anterioridad, en numerosas
calles y caminos rurales, cumplieron a cabalidad su finalidad y mantuvieron
transitables la mayoría de esas vías de comunicación.
Como dicen los investigadores: “Será cuestión
entonces de sentarnos frente al mar y repensar las estrategias de cuidado y
preservación de lo que hoy consideramos eterno”.
(1) entoscado
significa que esa calle contiene tosca...La toba calcárea o tosca es una roca
caliza muy porosa. Se utiliza para mejorar
las calles o caminos de tierra, disminuyendo su anegamiento.
Texto y fotos de Manuel
Godoy
Basado en el estudio de: Federico Isla, Germán Bertola, Alejandra Merlotto y
Luis Cortizo. Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras y de la
Universidad de Mar del Plata. 2018.
https://www.iimyc.gob.ar/iimyc/es/2018/11/27/estamos-perdiendo-nuestras-playas/
Consultado el 1 de febrero de 2021.
Foto 1 Escollera y Playa Mar Chiquita |
Foto 2 escollera Santa Clara del Mar |
Foto 3 Playa de Santa Clara del Mar |
Foto 4 Playa cerca de Arenas verdes
|
Foto 6 escollera Necochea |
Foto 7 Playa cercana a Necochea |
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